Orilla del Guadaira con barca

Sánchez-Perrier, Emilio
Sevilla, 1855 - Alhama de Granada, 1911
Orilla del Guadaira con barca, c. 1890
Firmado en el ángulo inferior derecho: ''E. Sanchez Perrier''
Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito Museo Carmen Thyssen Málaga
Óleo sobre tabla
31,7 x 40,6 cm
CTB.1997.1
Historia de la obra
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Mercado del arte, 1985.
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Spanierman Gallery, Nueva York.
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Colección privada, Dallas (Texas), 1996.
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Spanierman Gallery, Nueva York, 9 de diciembre de 1996.
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Colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
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-La Pintura Preciosista Española de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Llorens Serra, Tomàs y Garín, Felipe (ed.). [Cat. exp. Edificio del Reloj del Puerto de Valencia]. Nápoles, Electa, 1999, n. 35, p. 104. [Ficha de Pilar de Miguel Egea].
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–Emilio Sánchez Perrier. 1855-1907. [Cat. exp.]. Reyero, C. y Fernández Lacomba, J. Sevilla, Fundación El Monte, 2000, p. 228, lám.
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–Pintura Andaluza en la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. García Felguera, María de los Santos; Muñoz, Valme y Díez, José Luis. [Cat. exp. Museo Thyssen-Bornemisza]. Madrid, Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, 2004, n. 75, p. 206. [Ficha de Juan Fernández Lacomba].
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-Museo Carmen Thyssen Málaga. Colección. Catálogo razonado, Fundación Palacio de Villalón, Málaga, 2014. Pág. 302-303 (Ficha Juan Fernández Lacomba).
Informe del experto
La escena se desarrolla bajo la luz del mediodía andaluz. Una pareja de campesinos orillan una barca de remos a un banco de arena, en los laterales del cauce calmo y espejeante por la retención de las azuladas aguas del río Guadaíra. La orilla se ribetea de una densa vegetación de tarajes, zarzas y sauces, salpicada de chopos con hojas nuevas que se decoran sobre un sutil cielo de primavera; a lo lejos se dejan ver las alturas de roquedales y arbustos sobre el alcor.
Plena de aciertos pictóricos y delicadezas visuales, la obra mantiene un tono fotográfico que revela un modo más allá de lo real, de analizar la objetividad, incorporando una ejecución virtuosa de lo asimilado y entendido desde la percepción misma. Confirma en el caso de Sánchez-Perrier a un pintor ya plenamente moderno, preocupado por entender y sentir la objetividad de raíz positivista, a la vez que su trascripción pictórica, insertada en un conjunto unitario y armonioso de la composición.
Ciertos rasgos de la ejecución y esquemas compositivos sugieren un estudio de paisajismo histórico holandés, a la vez que la asimilación del carácter general que tuvo el paisaje desarrollado durante el predominio del naturalismo académico de los Salones parisinos, donde nuestro pintor participará con regular asiduidad.
Juan Fernández Lacomba